El Padre las Casas

Es interesante el proceso de formación de la idea comúnmente extendida sobre los abusos y depredaciones realizadas por los españoles en América y en el Alto Perú.  El problema se plantea en los primeros años de la conquista a comienzos del siglo XVI, y se vuelve álgido hacia la mitad de siglo. El hecho empezó en las Antillas con los abusos de los conquistadores que provocaron la reacción de la iglesia. En efecto, ya en 1511 eleva su protesta Fray Antonio de Montesinos en un sermón, esto trasciende a la Península y esto preocupa al Rey Fernando, a filósofos y teólogos y al pueblo español.

Con este motivo se promulgaron las leyes de Burgos de 1512 que trataba de suprimir los abusos cometidos. En esto aparece Bartolomé de las Casas, nacido en Sevilla en 1474, se convirtió en religioso ingresando en la Orden de Santo Domingo llegando a ser Obispo de Chiapas. Desde temprano se preocupó por los indígenas y comenzó sus campañas contra el sistema de entregar a los conquistadores un pedazo de tierra, incluidos sus colonos.

Trató de hacerse escuchar por Carlos V redactando escritos ellos son: "Del único modo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religión", “Historia Apologética de las Indias” y especialmente la obra origen de la leyenda negra hispanoamericana: "Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias". En ella narra los innumerables abusos que según él habían cometido los españoles desde 1500 hasta 1542 en la conquista de América.

Esta obra fue traducida al holandés y francés, ilustrada con los grabados De Bry y usada como libelo en contra de España.  Producto de la campaña del padre Las Casas fueron varias juntas y debates que culminaron con las Nuevas Leyes conocidas con el nombre de “Ordenanzas de Barcelona” de 1542.

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Al terminar la conquista sólo existía la clase de los vencedores, o sea los hidalgos, soldados y encomenderos y la de los vencidos, o sea el pueblo indígena. Pronto, por táctica y aun por conveniencia, los españoles reconocieron a las antiguas autoridades incaicas y aimaras dándoles los mismos privilegios que tenían los españoles nobles. Así subsistieron bajo la tutela española los incas principales, los caciques regionales, los mandones etc.; todos ellos eran objeto de atenciones y se les rendía homenaje al igual que a los españoles.

La más alta autoridad jurídica y administrativa en el territorio del Alto Perú, durante los tres siglos de la colonia, fue el organismo conocido con el nombre de Audiencia de Charcas.

El siglo XVI se cierra condos expediciones más: la de Álvarez de Maldonado y la de Tordoya.  El primero entró en 1567 a los territorios de los chunchos por los Andes de Opotari y fundó una ciudad con el nombre de Vierso. Desde ahí envió a Mnauel de Escóbar con ochenta hombres para que internándose en las llanuras efectuarse nuevas fundaciones.

Álvarez de Maldonado fue el explorador que más ampliamente conoció las tierras del norte de Bolivia en su época, recorriendo más de 200 leguas.  Volvió a entrar en la región de los chunchos en 1573, pero su expedición fracasó.

Lorenzo Suárez de Figueroa fue gobernador en 1581. En 1590 fundo San Lorenzo el Real, ciudad ubicada entre Santa Cruz la Vieja y Charcas. Cinco años después, San Lorenzo se traslado a los llanos de Grigota, pasando a ser de la gobernación de Santa Cruz de la Sierra. A su vez, la ya fundada ciudad de Santa Cruz 1561,,, conocida también como Santa Cruz de la Vieja, se traslado a Cotoca (1601 - 1604) por indicación del oidor de la Audiencia, Francisco de Alfaro, quien fue al oriente a pedir cuentas al gobernador Mate de Luna.

En 1556, el virrey Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, recibió la noticia de la existencia de una zona sin colonizar, al otro lado de las llanuras, al sudoeste de los Charcas y dentro de su jurisdicción. Con la intensión de poblar estas tierras encarga una expedición al capitán don Andrés Manso Sierra de Leguízamo, quien había estado anteriormente en Potosí y Charcas.

Por provisión del Virrey Don Francisco de Toledo emitida el 22 de enero de 1574, se encarga al Capitán Don Luis Fuentes la fundación de una villa en el valle de Tarija, en los términos y región de los chiriguanos. Fuentes y 45 españoles se pusieron en camino hacia el sur del país; llegados a las faldas del Calama, lugar habitado por los “tomatas”, hicieron un fuerte para contener las posibles acometidas de los chiriguanos.

Desde el año 1542 un núcleo de colonizadores españoles habitaba en el valle de Kjocha Pampa, al lado del poblado indígena de Canata. Diez años más arde uno de los capitanes de Pizarro, Garci Ruiz de Orellana, compró tierras a los caciques de Sipesipe, Achatay y Cosavana y sobre estas propiedades y otras vecinas, por encargo del virrey Toledo, se fundó la Villa de Oropesa el 2 de agosto de 1571. Recibió este nombre en homenaje al título del virrey.