La cerámica. Pariti

A tiempo que se construye la ciudad aparece una cerámica típicamente Tiwanakota consistente en keros finamente pulimentados, pintados con figuras estilizadas sujetas a una estructura geométrica; los ojos de las figuras tienen una línea vertical que divide en dos negro y blanco la niña del ojo. Los colores son rojo, ocre, negro y blanco sobre fondo castaño.

Aparecen también los incensarios en forma de keros con pequeños apéndices mostrando una cabeza de puma; también hay incensarios con la forma del animal completo, ya sea de puma o de llama. Otra cerámica característica es la del vaso “challador” que tiene forma de embudo y parece que sirvió para rociar. La cerámica también se presenta en la forma de cabeza humana o “huaco-retrato”. Hasta los descubrimientos de Pariti, nunca se había presentado el cuerpo humano modelado en forma completa.

Varias de las formas descritas para el Tiwanaku clásico se dan en cerámica negra incisa, sobre todo aquella que tiene forma de kero o incensario.

Entre la cerámica encontrada en la ciudad de Tiwanaku es excepcional la cabeza gris excavada al pie del Kalasasaya que, por su fuerza y valor estético, puede competir con los mejores ejemplares de cerámica mochica.

En las excavaciones del año 2004 realizadas en la Isla de Pariti se encontraron más de cuatrocientas piezas cerámicas las que, por razones ceremoniales, fueron quebradas. Pariti es una pequeña isla del lago Huiñaymarca, o lago menor del Titicaca, la cual no tiene más de 4 Km2 de superficie. La cerámica encontrada corresponde tecnológicamente al período expansivo de Tiwanaku y pueden situarse entre los años 950 y 1150 de nuestra era. Sorpresivamente están modeladas y no se restringen a las formas tradicionales de platos, kerus e incensarios, pues suelen representar diversos personajes y varios animales entre los que hay ofídeos, primates, aves y camélidos. Los personajes modelados muchas veces son de cuerpo entero y hay varias figuras femeninas. Es notable el llamado “Señor de los patos” que recuerda la cabeza hallada al pie del Kalasasaya. Varias figuras masculi­nas llevan “tembetás” y sus rasgos responden a etnias tropicales. Estas formas parecen reforzar la idea de que Tiwanaku constituyó una sociedad pluriétnica. Es necesario mencionar que se han encontrado en la isla Pariti pies humanos modelados en cerámica, similares a los de la cultura Huari.

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Vivía aún en Inca Viracocha cuando empezó a reinar en el Cuzco su hijo Pachacuti, que había adquirido gran fama por haber conquistado para los incas muchas comarcas sometiendo a varios pueblos, entre ellos a los chancas.

Desaparecido el Imperio Tiwanaku, la región del altiplano quedó fragmentada en varias etnias que se dividían en dos “mitades” antagónicas y complementarias situadas al oeste y al este del altiplano, llamadas Urcoduyo y Omasuyo. En el sector accidental (Urcusuyo) denominaron los pastores y en el sector oriental (Omasuyo) los agricultores y pescadores.

Para una buena parte de los cronistas y para muchos investigadores modernos, Viracocha es el dios creador andino que toma el lugar de otro, mucho más antiguo de nombre Tunupa. Cieza de León dice. “Generalmente le nombraron en la mayor parte Ticci Viracocha aunque en la provincia del Collao le llaman Taguapaca que es el otro nombre de Tunupa a quien Bertonio considera dios de los hombres que habitan a orillas del lago Titicaca”.

Hoy sabemos que uno de los factores determinantes del colapso de Tiwanaku fueron los cambios climáticos. Hacia el año 950 de nuestra era el régimen de lluvias comenzó a decrecer, llegándose a producir una larga e intensa sequía entre 1250 y 1310 d.C. Este hecho trajo como consecuencia la total escasez de cosechas y la desaparición de los campos de cultivo, incluidos los suka-kollus.

En el siglo VIII de nuestra era, Tiwanaku se expande políticamente sobre la base de los enclaves preexistentes, tanto en la costa como en los valles mesotermos; así mismo extiende su poderío sobre el altiplano y la sierra. Esta expansión fue posible gracias al dominio del bronce que le permitió una gran superioridad militar.

Simultáneamente a Tiwanaku aparecen otras ciudades, como Konko Wankane a 17 Kms. de Jesús de Machaca en el departamento de La Paz. Allí se han iniciado las excavaciones y en su parte visible presenta pilares evidenciando muros. Hay en este conjunto tres monolitos similares a la “Estela Barbado” del Templete Semisubterráneo, los cuales, estilísticamente, están relacionados con la tradición “Yaya-Mama" o Pajano.

El conjunto de Puma-punku se encuentra a 2 Km. del centro ceremonial descrito; en torno a estos dos puntos determinantes de la ciudad de Tiwanaku se encontraban las viviendas y los diferentes barrios.