Antofagasta

Las intenciones expansionistas chilenas cada vez más desembozadas, llevaron a Bolivia y Perú a la firma de un tratado secreto el 6 de enero de 1873, mediante el cual ambos países se comprometían a aliarse en caso de un ataque del vecino del sur.  Ambos intentaron incluir a la Argentina en el tratado, pero el esfuerzo no pudo concretarse.

Electo el presidente Adolfo Ballivian propuso al Congreso la autorización para adquirir un empréstito que le permitiera a Bolivia comprar dos barcos blindados, vitales para el control de su costa marítima.  Bolivia era el único de los tres países que carecía de fuerza naval.  El congreso le negó el permiso al Presidente.

En 1874 el ministro de RR.EE. de Bolivia Mariano Baptista y el plenipotenciario Carlos Walker Martínez firmaron un tratado que sería el detonante de la guerra de 1879.  Bolivia aceptaba no cobrar impuesto ni gravamen alguno a personas, industrias o capitales chilenos que explotasen las riquezas del litoral boliviano.  El 6 de noviembre de 1874 el congreso ratificó el tratado.

Si bien Cobija fue el muerto elegido por Bolivia como núcleo mayor del Litoral, en los hechos el éxito económico de la explotación del salitre determinó que Antofagasta fuera el centro urbano mayor de nuestras rostas (salvo el período de auge de Caracoles). La ciudad fue fundada por orden expresa del Presidente Mariano Melgarejo de 27 de agosto de 1868. La fundó el prefecto del Litoral don José Taborga el 22 de octubre de 1868 con el nombre de La Chimba, pero poco después el propio Melgarejo le cambió el nombre tomando el de Antofagasta que era la denominación de una finca de su hermano Anselmo, ubicada en la puna de Atacama. En 1871 Morales la declaró como puerto abierto.

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El gobierno de Gutiérrez Guerra vivió en la zozobra permanente.

Los conservadores eran católicos por tradición. Quizás el más importante de ellos fue Mariano Baptista que dio muestras muy claras de su catolicismo, antes y durante su presidencia. No se puede olvidar tampoco la egregia figura de Juan de Dios Bosque (1829-1890). La confrontación estado iglesia se presentó cuando subió al poder el liberalismo. Muchos eclesiásticos del país, tanto regulares como seculares confundieron liberalismo con socialismo y otro tanto sucedió con el propio concepto de democracia, que a muchos religiosos les sonaba a anarquía.

El nacimiento de un movimiento obrero y sindical en el país fue producto del paso de un sistema de producción pre capitalista al desarrollo y modernización de la industria, particularmente minera, coincidente con el advenimiento liberal. A pesar de ese cambio Bolivia nunca contó con un proletariado significativo, pues no pudo desarrollar una industria importante como lo que tuvieron algunas otras naciones sudamericanas.

El agotamiento de los yacimientos estañíferos de Europa y la demanda de la industria norteamericana y europea que contaba con el estaño como un elemento ideal para aleaciones (hojalata, papel metálico, conservas y un largo, etc.), fueron los activadores del auge minero boliviano en el período 1900-1940.

Patiño es, sin ninguna duda, una de las figuras centrales de la historia boliviana. A su alrededor se teje buena parte del siglo XX en el país y se establece el destino de cientos de miles de bolivianos.

Durante el gobierno de Gutiérrez Guerra el efecto sobre el área rural de la ley 1880 se podía apreciar muy bien con la constatación de que el estado había concebido hasta 1919, 13,4 millones de hectáreas en los ocho departamentos y enl os tres territorios de colonias (Noroeste, Chaco y Oriente).  La recaudación de impuestos (1/2 centavo por hectarea de tierra baldía) alcanzó por este rubro 1,2 millones de Bolivianos en 1918.

Si bien Tamayo es conocido como uno de los grandes poetas de Bolivia, su compilación sobre temas pedagógicos, es ya un clásico y su actividad politica de una intensidad excepcional. Las ideas de Tamayo confontarón las de Arguedas y abrierón un gran debate en el país.